martes, 3 de diciembre de 2013

ORGANIZACIÓN POLÍTICA




Los Muiscas estaban organizados en tres grandes cacicatos o confederaciones: El de Bacatá (Bogotá), el de Hunza (Tunja) y el de tundaza (Duitama). Además había otros cacicatos menores como el de Sáchica. Cada grupo de estos tenía su gobierno independiente, una jurisdicción territorial sobre una serie de poblados que les pagaban tributo. El jefe principal o cacique era obedecido por todos.
El soberano más importante fue el Zipa o señor de Bacatá, quien residía en Funza; era venerado por sus súbditos, poseía grandes riquezas, joyas y disfrutaba de casas de recreo. Otro jefe fue el Zaque de Hunza, soberano de gran fama, admirado, porque según los indios tenía origen divino. El cacique Tundama se hizo célebre por ser gran militar.
Social y económicamente, entre los Muiscas existieron seis clases o estamentos, así: los sacerdotes o jeques, la nobleza guerrera o los guechas y los pregoneros o aquellos funcionarios que hacían conocer la voluntad del cacique. También estaban  los comerciantes, los artesanos y los agricultores, que se regían por un orden jurídico rígido. También sobresalieron los mineros en especial los que trabajaban en las minas de sal y esmeraldas y por último, los esclavos que, generalmente, eran prisioneros de guerra y a veces servían para los sacrificios religiosos.
Los ancianos eran muy respetados formaban parte de un consejo para ayudar a los caciques en el gobierno. Las leyes de los chibchas eran muy sabias. Castigaban con rigor a quienes robaban, mentían o mataban. Su principal legislador fue el Zipa Nemequeme.

Pagaban impuestos para sostener a los sacerdotes, a los ancianos y a los inválidos; no eran guerreros pero cada soberano tenía su ejército para defenderse, en caso de ataque o guerra declarada.

      

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